Ocho episodios exploran diversos aspectos de la humanidad y la necesidad del hombre de sentirse en armonía con la naturaleza y las tradiciones.
El pasado, presente y futuro. Los pensamientos y las imágenes de un hombre para todos los hombres. Un hombre de sueños por cada soñador.
Se trata esencialmente de ocho cortometrajes independientes, aunque con algunas coincidencias en cuanto a personajes y material temático, principalmente la de la relación del hombre con su medio ambiente.
Partir de los recuerdos de infancia, del encuentro espiritual con la inocencia, hasta enfrentar a un mundo degenerado y violento que da la espalda a la naturaleza, esa es la premisa de Los Sueños de Akira Kurosawa.
Una autobiografía onírica con toques de arte, espiritualidad, vida y ecología que expresa las inquietudes y obsesiones de Kurosawa para finalizar con una reflexión sobre su propia vida y los temas que inspiraron su obra.
Y como un sueño, Kurosawa se permite pintar sobre la pantalla con vivos colores que palpitan. Los durazneros que avanzan lentamente, la ferocidad del perro que cuida el túnel, el gas rojo que envuelve al Monte Fuji, las texturas de los campos holandeses de Van Gogh, las tinieblas de los demonios mutantes, la brillantez del agua que cae por los molinos… todo es un sueño pintado con una fuerza y belleza visual incomparable.
El pasado, presente y futuro. Los pensamientos y las imágenes de un hombre para todos los hombres. Un hombre de sueños por cada soñador.
Se trata esencialmente de ocho cortometrajes independientes, aunque con algunas coincidencias en cuanto a personajes y material temático, principalmente la de la relación del hombre con su medio ambiente.
Partir de los recuerdos de infancia, del encuentro espiritual con la inocencia, hasta enfrentar a un mundo degenerado y violento que da la espalda a la naturaleza, esa es la premisa de Los Sueños de Akira Kurosawa.
Una autobiografía onírica con toques de arte, espiritualidad, vida y ecología que expresa las inquietudes y obsesiones de Kurosawa para finalizar con una reflexión sobre su propia vida y los temas que inspiraron su obra.
Y como un sueño, Kurosawa se permite pintar sobre la pantalla con vivos colores que palpitan. Los durazneros que avanzan lentamente, la ferocidad del perro que cuida el túnel, el gas rojo que envuelve al Monte Fuji, las texturas de los campos holandeses de Van Gogh, las tinieblas de los demonios mutantes, la brillantez del agua que cae por los molinos… todo es un sueño pintado con una fuerza y belleza visual incomparable.
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